R.MUD Reinier Nande Pérez. Galería Servando, 23 y 10, La Habana
, 2015
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Línea de pensamiento/animación/2015 |
Asumir el juego implica la aceptación de un espacio temporal cerrado, convencional,
donde se entremezcla la realidad y lo ficticio, pero donde siempre se acatan las reglas fijadas. A partir de estos presupuestos generales del juego es posible entender el funcionamiento de la propia cultura y con ello de cualquier sistema social. Por eso, he encontrado en la práctica ilegal de los juegos de azar en Cuba, e incluso en la connotación ilícita que la apuesta otorga a aquellos no prohibidos –pensemos en el dominó-, un motivo para la creación de una serie de obras.
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Raya roja/tinta, papel, hilo/2015 |
De ese modo profundizo en
ciertas reglas y estrategias articuladoras de determinados “rituales” en
la sociedad y establezco paralelos desde una metáfora sobre los
sistemas numéricos y simbólicos entre diferentes prácticas
institucionales: las del circuito artístico, las del sistema
educacional, las del sistema penitenciario, las de mundo económico,
financiero y corporativo, etc., y los modos de comportamiento del
individuo que caracterizan al juego de azar en la periferia de nuestra
sociedad. El título de la muestra evidencia el interés de que el
espectador se sienta jugador entre los diferentes roles que enmarcan las
obras. Es un juego de palabras que hace alusión al seudónimo R. Mutt
que Marcel Duchamp grabó en 1917 en “La fuente”. Y MUD, siglas de Multi
User Dungeon “mazmorra (o calabozo) multiusuario, videojuego de roll en
línea, pionero de otros que le sucedieron. Fue creado en los 70, en las
primeras épocas de internet cuando la mayoría de los programas se
manejaban por texto.
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Esbozo para un discurso invisible/madera,video-proyección/2015 | | | | |
Sin embargo, dejo claro que mi apropiación del concepto de juego no se limita al componente discursivo, sino que la esteticidad de las piezas también responde a este. Y he ido aún más allá, en tanto he incorporado a mi propio proceso creativo las dinámicas características del juego. La categoría del azar, de la selección aparentemente no premeditada, afín a muchos de los juegos, es cardinal en mi operatoria. Asimismo, una de las más interesantes revelaciones de mi acercamiento al mundo del juego es que, en la mayoría de los casos, la finalidad del jugadores menos ganar que jugar y experimentar la fascinante espera del resultado de una adivinanza nacida y guiada por la casualidad. De manera que encuentro una analogía entre mi intención como artista y la de un jugador, pues mi propuesta es como un verso-enigma a la espera de un resultado, cuyos aciertos son casi siempre resbaladizos y hasta engañosos en más de un sentido.
Para mí, los jugadores ideales son el tiempo y el espacio; ellos me permiten articularme como un visor o vigilante dentro del panóptico social (siguiendo a Foucault) para focalizar, criticar, modificar o simplemente comentar con mirada crítica aspectos que influyan en tópicos dentro de las normas, leyes o reglas del juego institucional, de la sociedad como entidad o institución. Una sociedad, en particular, como la nuestra, en la que el error puede ser en sí mismo una regla y en la cual todos juegan ya no en secreto, sino simplemente con discreción. Estaríamos de vuelta, entonces, a la Lotería de Borges: una en la que ni la historia, ni el trabajo, ni los argumentos científicos o las razones económicas determinan la estructura de la sociedad o el destino de sus miembros, sino el ciclo de un juego.
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MUD /óleo, lienzo/2015
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En 12 Bienal de La Habana, Centro de Desarrollo de Las Artes Visuales
INTERFERENCIA se conforma
por un muro que sirve de soporte a una red de tuberías con apariencia de
gráfico de frecuencia sonora. En ambos extremos de este se reproducen, en dos
canales de sonido, registros extraídos de programas noticiosos locales e
internacionales. Al interior de los tubos fluyen e interfieren las bandas
sonoras, las cuales se desplazan hacia el centro llegando a sobreponerse y
confundirse. El espectador, metafóricamente, solo podría evadir la zona de
interferencia alejándose hacia los extremos.
La obra alude a la manipulación
mediática de que es víctima el sujeto social e intenta llamar la atención sobre
las consecuencias de un juego de dominación resultante entre la capacidad del
emisor para imponer su cuerpo de ideas y la aceptación pasiva del receptor que,
confiado en parámetros de credibilidad o reputación de la fuente, no percibe
los mecanismos de control con los que esta opera. La posibilidad de modificar
un estado de opinión mediante la propagación de ideas construidas en función de
crear determinados compromisos o filiaciones de intereses, así lo demuestra.
INTERFERENCIA, 12 Bienal de La Habana
PVC, madera, reproductores de sonido, bocinas
dimensiones variables
2015